La salud mental y la salud física van de la mano, es completamente normal que una persona con depresión o con tristeza crónica sea más propensa a desarrollar enfermedades, que otras que tengan una salud emocional fuerte.
Problemas como la fatiga, el insomnio, dolores de cabeza, náuseas e incluso problemas del corazón (presión arterial alta) son usuales en personas cuya salud mental es débil. Así que, no solo la enfermedad física puede tener consecuencias en la salud mental, pues la salud mental también puede tener consecuencias en la salud física.
En este artículo nos enfocaremos en el cáncer y emociones.
Por medio de muchas investigaciones médicas, entendemos que el cáncer, en términos simples, es la multiplicación anómala y sin control de las células del cuerpo. Pero poca importancia se le da al hecho de que el cáncer y la salud mental, pueden estar más ligados de lo que se piensa.
¿El cáncer afecta la salud emocional o la salud emocional afecta el cáncer?
El diagnóstico de una enfermedad seria, como el cáncer, afecta de cierta forma la salud mental del paciente, de su familia y de sus allegados.
Es algo que ocurre en la gran mayoría de los casos. Sentimientos negativos como el agobio, la ansiedad, la preocupación, la angustia, el miedo, la impotencia, el estrés, la ira e incluso la depresión son comunes en pacientes de cáncer.
En cierta forma, esta es una enfermedad que cambia la manera de ver la vida en quienes la padecen. Por ello, el cáncer y emociones son un tema más profundo de lo que se percibe externamente, pues los sentimientos negativos perjudican el sistema inmunológico, el cual es de vital importancia para afrontar los tratamientos utilizados para la enfermedad-
Es posible que toda esta amalgama de sentimientos pueda causar un shock emocional mientras se procesa la noticia. También, existen casos en los que tales sentimientos son percibidos con mayor intensidad y volatilidad. Pueden sentirse a la vez, por fases o cambiar de uno a otro en períodos cortos, medianos o largos.
Esto sólo es el comienzo, ¿Y si profundizamos un poco más?
Las emociones negativas no solo afectan tu salud mental
Empecemos por el estrés, ese sentimiento de tensión física y emocional que sucede luego de experimentar cualquier situación (o pensamiento) que traiga con ella la frustración, la furia o el miedo.
Para paliar esto, el cuerpo libera el cortisol, una hormona que cuando se libera a la sangre produce un aumento de la glucosa, para enviar cantidades grandes de energía a los músculos y prepararlos para responder ante un posible peligro.
Es normal que en cuanto al cáncer y emociones, un paciente experimente altos niveles de estrés, en diferentes fases de la enfermedad y su tratamiento.
¿Qué pasa cuando se está ante un estrés crónico? Cáncer y estrés
Los niveles de cortisol se mantienen siempre altos, lo que equivale a decir que el cuerpo se encuentra en un estado de lucha o pelea interna y todos los sistemas, indispensables para la supervivencia, no funcionan como deberían.
En el tratamiento contra el cáncer, sufrir estrés crónico perjudica aún más la salud. Con ello puede aumentar la sensación de dolor, sin hablar de la posibilidad de crear resistencia a los medicamentos; reduciendo también la capacidad defensiva del sistema inmunológico.
El estrés emocional también puede generar sobrepeso, depresión, insomnio, fatiga e hipertensión. Todos estos problemas afectan de forma directa al funcionamiento normal del organismo y pueden dificultar el control de las células cancerígenas.
Cáncer y depresión
El cáncer y emociones es un tema complicado. Sentirse triste es una respuesta completamente normal ante situaciones que lo ameriten, pero es peligroso si no se tiene cuidado.
Las personas que han sido diagnosticadas con cáncer, afirman que lo más fuerte es la sensación de haber perdido su salud y su vida como la conocen. Con un guía, apoyo y tiempo se puede superar el sentimiento de melancolía y tristeza que pudo haber permanecido durante y después de la enfermedad.
Algunos pacientes de cáncer pueden llegar a desarrollar depresión, lo que condiciona su cuerpo a sentirse bajo de energía, cansado y sin ganas de alimentarse, cosas esenciales durante el tratamiento.
Es necesario actuar ante esta situación y pedir ayuda. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la depresión es real. Quizás no te vas a sentir bien, pero todavía puedes mejorar, la depresión tiene un tratamiento por el que serás guiado por un especialista. Encontrar soluciones para el cáncer y emociones es fundamental para sobrevivir a la enfermedad.
Aunque la depresión no puede autodiagnosticarse y es necesaria la evaluación y juicio de un profesional, sí que hay síntomas que podrían estar diciéndote que algo anda mal.
Y bien sea que el paciente sufra cáncer de mama y esté en depresión crónica, o sufra cualquier tipo de cáncer, esta emoción negativa perjudica cualquier intento de tratamiento y mejora.
A nivel emocional:
- Sentimientos de tristeza que van y vienen o que no desaparecen.
- Ansiedad o estremecimiento “sin razón aparente”.
- Sentimiento de culpa.
- Sentirse sin energía, irritable, de mal humor, impotente o desesperanzado (o todas juntas).
- Sentir que la vida no tiene sentido (grave).
- Atención disminuida (se distrae con facilidad).
- Falta de interés en pasatiempos o actividades que antes sí disfrutaba (grave).
- Llorar de forma habitual.
- Negatividad y enfoque en los problemas o preocupaciones.
- Autolesionarse o pensar en autolesionarse (grave).
- Pensamientos intrusivos y pensamientos suicidas (graves).
A nivel físico:
- Aumento o pérdida de peso involuntario y que no tiene relación con la enfermedad o el tratamiento.
- Trastornos de sueño e insomnio.
- Palpitaciones, resequedad en la boca, aumento de la sudoración y malestar físico.
- Cambios volátiles en los niveles de energía.
- Fatiga crónica.
Si se percibe cualquiera o varias de estas afecciones, es importante hablar de ello con tu médico de cabecera. No es bueno que lo calles, ni debes sentir que debes tratar tú solo con estos sentimientos, pedir ayuda es importante para la vida, la salud, el cáncer y emociones.
¿Qué puedo hacer para lidiar con el cáncer y emociones?
Afortunadamente todavía se puede tomar acción contra el estrés y la negatividad, ya que existen diversas opciones y siempre se puede pedir alternativas al médico que lleva el caso del paciente.
La positividad y las ganas de vivir tienen un alto impacto contra la enfermedad, mantener el buen ánimo y la esperanza son suficientes para hacer que el proceso sea más tolerable.
Más allá de eso, existen ciertas actividades que pueden realizarse durante el tratamiento, mejorando la relación entre el cáncer y emociones.
Yoga
Se caracteriza por movimientos suaves y armónicos, ayudando a reducir el estrés, especialmente mientras el paciente está recibiendo sesiones de radioterapia. También ayuda a combatir el insomnio, la fatiga, la ansiedad y ayuda a controlar el equilibrio entre cáncer y emociones.
Meditación
Esto consigue el equilibrio entre la energía física y la mental. El Instituto Canario de Investigación del Cáncer concluye en que la meditación mejora el estado de salud mental. A su vez, aumenta los sentimientos positivos y reduce el impacto de los negativos, fortaleciendo el sistema inmunológico.
Positivismo
Existen técnicas para aumentar la energía positiva, más allá de la posible connotación espiritual o religiosa, se trata de la reducción del estrés y la mejora del sistema inmunológico, un especialista puede guiarte en este proceso.
No es fácil mencionar el positivismo frente a pacientes que sufren cáncer y emociones negativas, ya que de por sí la enfermedad colleva a alteraciones en el estado de ánimo.
Buscar ayuda de un profesional en la psicología
Considerando que el cáncer y emociones tienen una relación más importante para el paciente de lo que se piensa, pero que el estado de ánimo de los pacientes suele ser negativo a causa de la enfermedad y los tratamientos aplicados para superarla, la mejor forma de generar un proceso mentalmente idóneo es por medio de la ayuda profesional.